sábado, 14 de abril de 2012

UN ESPACIO DE VUELO

Este sitio está destinado a todas aquellas personas que aman la escritura de manera pasional, como quien ama en secreto a un amante furtivo, como quien saborea la dulce amargura de los amores de paso... ¿De qué se trata todo esto? De redactar, crear, establecer a partir del propio lenguaje y un determinado estilo las bases para comunicar y emocionar manteniendo la coherencia, la forma y, sobre todo, dejando volar la mente. Después de todo, eso es la redacción: ni más ni menos que un espacio de vuelo. No hay momento más sublime que aquel en el cual comienza a deslizarse el vocabulario, las competencias, la imaginación. Y los sentimientos... Siempre los sentimientos...Esa candela encendida que da vida y mata. Los sentimientos... Los amargos y los dulces. Los buenos y los poco felices. Cuando ello ocurre,realmente uno es dueño y señor de las palabras que allí acontecen y allí acuden. Porque ellas vienen a uno, como guiadas. Desde ya, sean todos bienvenidos a estas palabras que arden. Que queman lujuriosas. Y que no dejen nunca de arder en el carbón encendido que todos tenemos, y llamamos corazón.

PATRICIA N.VIOLLAZ



LOS DUENDES

Húmedos y diminutos duendes habitan los charcos nocturnos donde se refleja la luna: mientras paseo la noche, susurran a mi oído inconfesables secretos que ni la muerte conoce.
Llegan con la lluvia de noches perdidas para hacer correr por mis venas el alevoso deseo de amar desesperadamente, como la primera y la última vez que se ama, el alma de la inocencia bañada en olvido.

Quiero entonces acariciar ángeles tiernos como el pan recién nacido, desgarrar a besos sus alas de torpes e inmortales aprendices del pecado eterno; volverme serpiente que les alivie el divino y fastidioso peso de la virtud.

Quiero entonces pedir a las inmaculadas palomas que pueblan mis sueños que manchen mi espíritu crucificado en un retrete.

A gaviotas libres de los caminos del viento, pedir quiero su inútil consejo para remontar el vuelo que ellas para siempre olvidaron.

Pedirles con mis cuencas vacías, oscuras como tumbas, que usen sus besos de brisa negra para picotear mis entrañas ansiosas de dolor, mi alma podrida como el cadáver de la paz.

Miro de pronto el alba por la ventana entrecerrada y descubro sin miedo algo parecido a mi sangre, un río interminable de tentáculos encarnados, recorriendo las calles grises, desveladas y sorprendidas por el dulce cosquilleo, la caricia rosada lamiendo ruedas de autobuses, automóviles desvelados y carritos de bebé de la madrugada.

El canto de los primeros pájaros de un parque sembrado de hombres, se confunde con el chapotear de zapatos caros de ejecutivo en su amanecer bursátil, con el triste chapotear de niños muertos que saltan oscuros charcos. Con el sonido apacible y musical de algo parecido a mi sangre, haciendo cascada por callejones, pasadizos y escaleras ciudadanas como el fantasma de un a fuente inagotable...

Mientras, yo muero como cada mañana, sonriendo. Regreso al sueño a esperar, de nuevo, la visita de esos húmedos y diminutos duendes, que habitan los charcos con luna, las noches perdidas de lluvia.
 
JUANJO VEGA HERNÁNDEZ

martes, 27 de marzo de 2012

UN POETA Y RARO

Siempre he sido un hombre triste, melancólico, escondido de las fiestas, la hipocreía. Espantado del bullicio, horrorizado de tantos juegos sucios y dardos envenenados.
No le veía la importancia de lo que constituía un placer de vivir. ¿Y todos se preguntarán porqué? Cuando nací, apenas conocí el sabor de la leche materna. A los 7 días agonizaba en medio de cuatro velas, desnutrido y al lado de los buitres.
Disecado, flacucho, todo una lagartija azul fuera de su cueva. A nadie le importaba un pobre diablito medio muerto, casi inexistente. Mientras perros de rico comían, yo moría tranquilo, y sin deseo de llorar, mejor dicho sin fuerzas.
¿Y todos se preguntaran porqué? En el huequito del cementerio donde me sembrarían junto a los de carneros, permanecía tranquilo. Tan sosegado como cualquier cementerio serio, desganado y misterioso. ¡Sólo el mal olor y las moscas lo diferenciaba! Aquella mañana ni madera había para construirme una cruz. ¡Auque fuese inclinada o fuera de escuadra!
¿Total para qué? ¿Y todos se preguntarán porqué? Dios no dejó que muriera ese día tan encogido y espantoso. ¡Pero los siguientes años, días y horas serían abominables! No conocí el calor del beso de una madre !NUNCA!, a pesar de sentir su violencia. No conocí el valor del abrazo de un padre, a pesar de sentir la fuerza de sus puños.
¿Y todos se preguntarán porqué? A la adolescencia, en vez de suicidarme, tomé un bulto, unas chancletas y un pan viejo y fuí a conquistar el mundo a pie. A enfrentarlo, cuquearlo, a tomarlo por asalto, sin arrastrarme, sin mendingar. Con osadía, sin caricias, sin pasión de familia, sin un beso en las mañanas: ¡Coño! Salí adelante, sin humillarme, sin arrastrarme!
¿Y todos se preguntarán porqué? Adquirí fortaleza de héroe de novelas, valentía de rey, y carácter de sabio. Salté los muros más altos, e inclinados, sin sables, sin lanzas, sin violencia, sólo con amor. Nadé al lado de tiburones y delfines, en línea, unidos. Alcancé mis metas, mis propósitos, que eran convertirme: !en abogado! En defender a los humildes, las mujeres, los niños, los ancianos !A DIOS!
Aprendí a llorar y a la vez a levantarme. A sufrir y a la vez a orar. Comprendí el valor incalculable del amor y de la POESÍA. Su perfume estuvo a mi lado en todos los peligros, en todos los momentos que caminaba al filo del abismo, sin miedo. ¿Y ahora todos se preguntarán porqué sobreviví? Pues porque no dejé de amar a los que me hicieron daño, y no dejé de perdonarlos, Esa ha sido la razón de haberme convertido: ¡EN TODO UN POETA RARO!
ROLANDO PERERA (EL POETA RARO)
Desde Miami, EEUU

lunes, 26 de marzo de 2012

FRATERNO


Tenemos de distinto, los impulsos...
En vos, tal vez, pequeños. En mí, ya lo sabemos.
También la claridad de las palabras. En vos, mansas, concretas. En mí, desmesuradas. Tenemos desigual a la templanza.
En vos,vasta, pensante. En mí, fuerte, variada.
De tantas diferencias que nos unen, algunas igualdades, nos separan.
El soberano amor, la descendencia, destino de ese afecto, las distancias.
La urgencia en hablar de cosas nuestras, la voz, una sonrisa, las miradas.
El no saberme sola en las esperas, cuando no me he sentido preparada.
De cosas que nos unen y separan hay algo que de hecho, compartimos... La voluntad, el encarar la vida, los pasos, decisiones, los amigos.
El ruido del amor haciendo estragos, el pecho puesto en cosas que vivimos.
De vos, hay más nostalgias que silencios.
De mí, hay más ausencias, que destinos. Y andamos caminando por la vida, hermano, a sabiendas que pudimos.
Aún nos falta el tiempo de descanso, el rápido pasar de los olvidos. Aún nos falta tanto, pero tanto, y andamos a sabiendas que pudimos.

NORA CAMINOS

viernes, 23 de marzo de 2012

LA NUEVA FUNERARIA

Cuando uno llega por primera vez a esta ciudad, advierte una extraña, pestífera y violenta tranquilidad. A pesar de tratarse de una ciudad con el mayor crecimiento demográfico, a pesar de tratarse de una ciudad
heterogénea, se siente esa mansa cotidianidad, ese diario vivir relajado, despreocupado. Es más, un llega a dudar
de lo que los medios de comunicación dicen.

Nada más poético que recorrer las calles de esta ciudad y encontrarse en cada esquina con un gato degollado, ver a un perro lamerle el culo a un borracho recostado en una banqueta. Bueno, sí, puede haber algo más interesante que un borracho, un perro o un gato muerto: de vez en cuando puede verse a un par de drogadictos fornicando en, digamos, las calles menos transitables; pero, con el tiempo, tales escenas se vuelven parte fundamental del monótono vivir de los habitantes.

Pues, a esta ciudad de violenta tranquilidad llegó, hace un buen par de meses, un hombre. ¡Ah!, pero no vino solo: se trajo a su esposa, a su mamá, a su hija de doce años, a su hermano mayor. Al traer a su hermano mayor heredó la responsabilidad de mantener a su sobrino de ocho años. Éste hombre había trabajado dos o tres años en los Estados Unidos, en Chicago, por lo que no se podía decir de él que era un pobre; pero tampoco entraba en la categoría de los millonarios.

Tenía para vivir con todas las comodidades y darse un par de lujos cursis por unos años; sin embargo, tarde o temprano, más bien temprano, el dinero se le acabaría. En Chicago estuvo trabajando en una funeraria, claro que cuando sus familiares le preguntaban “¿a qué te dedicas?”, él respondía “soy cocinero, a veces empaco comida rápida”. Nunca envió una foto del lugar en donde trabajaba. La idea de enviar una fotografía en donde apareciera él entre una docena de ataúdes y lápidas no era muy sana. Y qué cara poner al momento del flashazo: ¿Una sonrisa con el tradicional Whisky? No. ¿Una mueca melancólica? Tampoco. Cuando su mujer le preguntaba a qué se dedicaría, le respondía “en esas ando, mi amor, en esas ando” Varias veces le fue sugerido que buscara trabajo en un restaurante; con la experiencia que tenía, sería aceptado sin tanto papeleo, sin necesidad de someterse al polígrafo y a esos onerosos exámenes
psicológicos, a lo que él siempre respondía “en esas ando” o “yo no vine de los Estado Unidos para seguir siendo un asalariado, tú, sabes, uno tiene sus aspiraciones”.

Llegó a preguntarse por qué los medios hablan de muertes por aquí y por allá, si tan tranquilo que se anda por las calles. Cierto es que llegó a ver a los bomberos recoger algún cadáver, “pero eso es algo normal en todo el mundo”. En los Estados Unidos, cuando la venta bajaba, vendía de quince a diez y ocho ataúdes y, cuando era temporada de bonanza, llegaba a vender hasta cuarenta y dos ataúdes. Hubo un fin de semana que llegó a vender ciento dos ataúdes y cuarenta lápidas; esa vez, su jefe, le dio una propina de doscientos dólares.

Un buen día domingo, su mujer le pidió que preparara el almuerzo “no te va a costar”.
Hubiera deseado negarse, pero no lo hizo. Lo dejaron solo en la cocina, para que nadie
lo molestara, colocaron un rótulo en el que se podía leer silencio por favor>, lo del Rótulo fue idea de Dulce María, su hija de doce años. Nunca en su vida había cocinado, a lo más que había llegado era a freír un par de huevos. Logró preparar una extraña sopa de arroz, frijoles, trocitos de nabo, berenjenas enteras, rodajas de piña, harina de trigo, coles, chispas de chocolate: agrego toda la porquería que había se encontraba a su alcance. Dijo que esa era una sopa que se preparaba antes a los emperadores chinos. Como era de esperarse, todos quedaron
decepcionados del supuesto refinamiento culinario de los emperadores chinos. Él estuvo de acuerdo con ese parecer.


Pero, ¡qué remedio!, tuvieron que terminarse toda la sopa. Esa tarde y gran parte de la noche todos padecieron de una incontrolable diarrea, hasta el perro, porque tenían un perro.
Cuando clausuraron una sucursal del banco Internacional Panamericano, vio su oportunidad para abrir su mediana empresa. “Voy a alquilar ese local, es un buen punto”, se dijo. Realizó los trámites correspondientes, arrendó el local. Para todo ello contrató los servicios de un buen abogado. Conoció a un joven que estudiaba administración de empresas en la universidad.
Éste se ofreció para realizar rigurosos estudios sobre las posibilidades y probabilidades de tal y cual negocio.


-Ante todo, debe elaborar un FODA. -No te entiendo ni mierda; pero hacé todo lo que tengas que hacer –le extendió un billete de cien dólares al muchacho.. -Con el FODA
va a lo seguro. Si los que nos enseñan en la universidad son especialistas con experiencia en los negocias y la mercadotecnia. –le decía el muchacho, abriendo los ojos como si fueran de un
macaco. -Después hablamos de tu sueldo –le respondió éste, que ya empezaba a encontrarle placer al oficio de ser jefe, sin tener que rendirle cuentas a nadie. -Pero, Don. -Decime Ricardo, Ricardo nada más. -Más o menos a qué quiere dedicarse. Digo, para que yo pueda empezar con el diagnóstico, estudiar la oferta y la demanda. Usted sabe, formalidades de la profesión. -Yo sé de
venta de ataúdes –Dijo Ricardo, sintiendo un poco de vergüenza y de cólera a la vez, al tener que contarle a un desconocido, es decir, a alguien totalmente ajeno a la familia. Y pensar en cuánto
se había esmerado en no revelar el secreto ni a su propia familia. “Ya me lo imaginaba, algo de malo debía de tener este señor, ya me lo imaginaba” los bellos de todo su cuerpo se pusieron de punta; pero, esa eso o no tener trabajo.


Al día siguiente, el muchacho apareció con periódicos y con recortes de los que habían muerto el día anterior. -Mire –dijo, señalando la portada de uno de los diarios que traía-, aquí dice que mueren entre veinte y veinticinco personas al día. Y en este otro –extendió el segundo diario-, se afirma que mueren entre doce y diez y siete. Y, en este otro –sacó un tercer diario., dibujaron un termómetro, mire, treinta y ocho muertos al día. Haga sus cuentas. -Yo te contraté para que hicieras eso por mí. No estarán refiriéndose a los mismos muertos. -Puede ser, pero no lo creo. Sólo uno aparece con el mismo nombre en los tres diarios. Y recuerde que hay otros tres diarios que ya no alcancé a comprar. Lo que usted tiene que hacer es comprarse una corbata, un saco y una camisa. A la semana tenían todo listo. Sólo faltaba el nombre. -FUNERARIA LA VOLUNTAD DIVINA, ese nombre es perfecto, ¿cómo se le ocurrió? -No pude dormir por pensar en eso –respondió Ricardo.

Se aflojó el nudo de la corbata y se quitó el saco. -De esa manera, si alguien muere por una enfermedad los familiares dirán que ha sido la voluntad de Dios y si alguien muere a causa de una bala perdida, dirán “fue la voluntad divina”. Psicología empírica. -Vos vas a ser el administrador, Chipi (así le decían al universitario). Rogale a Dios para que nos vaya bien.

Esa misma tarde, Chipi (ahora que ya sabemos como le decían) estaría ufanándose por su cargo en una nueva empresa. “¿A qué te dedicas?” le preguntaría una de sus compañeras. Él, sin la vergonzosa necesidad de mentir, contestaría: ¿soy gerente de una empresa?”. La compañera le diría, estirando su aguda y estridente voz, “ala qué alegre y, ¿en cuál empresa?” “En una muy prestigiosa y con mucho futuro”. A la familia no le cayó muy bien la noticia. Eso de ser propietarios de una funeraria sólo les va a las personas que no muy se encuentran en sus cabales;
es decir: no es para la gente normal. Eso de que los clientes de un negocio tengan que ser cadáveres, como que nada bueno le acarrea a la familia. Con el paso del tiempo a uno se le va impregnando ese inconfundible e indecible olor a muerte. Hubiera sido mejor apostarle a una pastelería, a una PACA o a un restaurante de comidas exóticas. Ya que, al parecer, esa era la
especialidad de Ricardo. “La gente de aquí no conoce, no valora lo exótico”.

El hermano torció los ojos al escuchar la noticia, el hermano que nunca pudo reponerse por completo de la paliza que le propinaran en la universidad en su época de estudiante, un mes antes de que su hijo naciera. Habíase quedado en silla de ruedas y totalmente afónico. Al
parecer sólo le funcionaban los oídos. Por aquellos años, él era un universitario de primer ingreso. Su mamá llegó a sentirse muy orgullosa de él; pero orgullo no le tardó mucho. En un enfrentamiento entre supuestos estudiantes, él, Arculano Sierra, se llevó la peor parte: diez garrotazos en la cabeza y en la cara, un disparo cerca de la coxis lo dejaron en ese estado de
silenciosa agonía, para lo que le quedaba de vida. Como no estaban seguros de su estado mental,
no supieron a cabalidad por qué había torcido los ojos. Tal vez, en la limitada claridad de su mente, hubo un momento, un chispazo de lucidez, y llegaron a su cerebro las palabras “Funeraria” y “Voluntad divina”.

Y tal vez, en ese momento de lucidez, imaginó que su hermano menor decía: “”que se haga la voluntad divina. Paguemos por adelantado los servicios de una funeraria. Es que está sufriendo mucho el pobrecito”. O tal vez, al igual que a cualquier persona normal, la idea de ser propietarios de una funeraria no le pareció muy sana que digamos. -Es que ustedes no entienden. El universitario me habló del foda, de la oferta y de la demanda. Hizo cuentas con números. Trajo diarios. Hizo “un diagnóstico de rigor”, así me dijo. Él lo va a administrar. Estudia administración de empresas en la universidad.

El primer día no les fue tan bien como lo esperaban. Ricardo esperaba vender un par de docenas de ataúdes; pero, ni uno sólo fue vendido. Pasó una semana y nadie se asomó, tan
siquiera a preguntar por precios. A los quince días la nueva funeraria seguía permaneciendo en un silencio de cementerio. “pero, en dónde entierran a estas gentes. Tantos muertos y ni uno
sólo se ha dignado a venir a echarnos la bendición”. Chipi llegó a sospechar de la competencia.
Había pasado un mes, cuando llegó un cliente, digamos que el primero, parecía una persona adinerada. Tenía enrojecidos los ojos. Llevaba un pañuelo negro.

Chipi y Ricardo se sintieron tan felices que no pudieron evitar abrazarse, saltar y reírse de pura alegría. -Pase mi amigo –le dijo Ricardo- siéntase en su casa. -¿En qué le podemos ayudar?- preguntó Chipi, mientras trataba de asumir una postura seria. El hombre de los ojos enrojecidos y del pañuelo negro dio media vuelta y se marchó, sin dirigirles media palabra. Ricardo llegó a desear que se murieran todos sus vecinos para poder vender al menos unos cinco o seis ataúdes u unas cuatro o tres lápidas. Salió a las calles, visitó lugares en donde eran frecuentes los accidentes. Visitó hospitales. Lo más desesperado que hizo fue visitar una morgue, en donde le informaron que nunca nadie llegaba a reclamar los cuerpos que se encontraban allí. “A veces se los damos a los del zoológico para alimento de los tigres”.

“Esto de la funeraria me está empezando a parecer una mala idea” se repetía Ricardo, cada vez que se miraba en el espejo de su habitación o en los charcos de orines que encontraba en las calles. “Dios mío, por qué ya no se muere la gente” pensaba otras veces. Se volvió un hombre malhumorado, apenas si hablaba con Chipi. Cuando los diarios informaban de alguna masacre, ellos tenían que hacer caso omiso de la noticia para no terminar en acaloradas discusiones.
Eso de andar con corbata y con saco empezó a parecerle una costumbre ridícula. Empezó a frecuentar la funeraria con camisas deportivas. “DOS ATAÚDES POR EL PRECIO DE UNO TODA LA SEMANA” se podía leer en un rótulo colocado en la entrada. Las letras daban la impresión de haber sido trazadas por algún albañil. Fue una medida desesperada que Chipi se aventuró a tomar. Pasó la semana y nadie se asomó a preguntar por precios.

-Yo siento que Dios no me quiere, Chipi –Dijo, Ricardo, sonándose la nariz al mismo tiempo.
-No, no es eso. Es que, en estos negocios, como en todos, es necesario ser de una tenacidad y de paciencia ilimitadas. Uno ni cuenta se da cuando el negocio alza vuelo. Ya verá. -Ojalá y
mañana podamos vender al menos uno- Dijo casi sollozando. Estaba sacudiendo telarañas de una esquina. En uno de los diarios de ese día, Chipi leyó una noticia impresionante: “Vapulean y
queman vivo a supuesto delincuente. Se sabe que murió a causa de las quemaduras y de los golpes. Pero lo que no se sabe, a ciencia cierta, es si el linchado era culpable de algún delito.
Los elementos de la policía trataron de intervenir; sin embargo, al ser advertidos de que, de tratar de impedir el linchamiento, con la misma suerte correrían, decidieron no mover ni medio dedo”. “Qué locura. Yo no sería capaz de matar a alguien” se dijo, Chipi, para sí mismo.

-¿Dónde localizo al Señor Ricardo Sierra? –preguntó un hombre ya muy entrado en años. Lo acompañaba un bombero. -Estoy a sus órdenes -dijo Ricardo. “Seguramente se le muró la esposa o la hija. Qué se le va a hacer. Pobrecito. Así es la vida, todos tenemos que morir-. ¿En qué puedo ayudarle? -Señor Sierra –su cara que parecía un nabo medio podrido, se puso de un color rojo
intenso-, esto no es fácil. -Sí, yo lo entiendo. Claro –dijo Ricardo, con teatral tristeza-. A quién no le duele. Usted sabe. ¿No? -Es que… Claro… claro… -le dio dos palmaditas en la espalda al viejo.

-Su mamá fue asesinada. Su hija, tuvo suerte. Se encuentra herida pero estable, en el hospital. Fue un asalto. Su mamá fue apuñalada y, por su edad pues… Una espesa oscuridad empezó a rodearlo. Escuchaba el lento y pausado latido de su corazón. La muerte, esa intrusa en la
vida, esa extraña señora de la guadaña, ¿por qué tuvo que llevarse a su mamá? La vida es tan corta. ¡Dios! ¡Dios!. Se había llevado a su madre. Bueno. Ya se murió. Qué queda por hacer. Resignarse, sí, resignarse; pero ese dolor le quita a cualquiera, diez años de vida. Eso de que nunca más volverá la mamá. ¡Nunca! ¡Jamás!. Se fue para siempre. Ya sólo perdurará en el recuerdo y en las fotografías. -¿Ella dónde está? -El ministerio forense trasladó el cuerpo a
la morgue. Lo siento.

-Si. “Por qué la gente tiene que fingir que puede compartir el dolor ajeno”, yo más- dijo
terminantemente, Ricardo. Realizó los trámites para poder retirar el cadáver. -Hable con
alguna funeraria mi amigo. Usted no puede retirar el cadáver-. Chipi fue quien lo retiró.
-Que no se de los más caros. Con llevar un ataúd de lujo y caro no va a llegar más pronto al cielo.
Si ese está bien. -Está un poco despintado. Tiene una pequeña rajadura. -No importa, Chipi, no importa. Solamente los nietos lloraron amargamente la muerte de la abuela.

GIOVANY EMANUEL COXOLCÁ TOHOM






miércoles, 21 de marzo de 2012

LA CADENITA MILAGROSA


Todas las mañanas cuando iba para el trabajo paraba en el kiosquito de Sofía, la mexicana, y le compraba dos tamalitos de maíz. Ella me los tenía bien envueltos y preparados. Junto a ella permanecía siempre su hijito Pedrito quien la ayudaba en todo el negocio de sustento para ambos.
Una mañana, Sofía, como era costumbre, me dio mis dos tamales y me dijo: -Pues, Señor mire, le tengo de regalo esta cadenita del Cristo que se la quiero poner y regalar por ser mi mejor cliente. Y decirle pues, que me tengo que ir de acá porque me multaron y me prohibieron vender mis tamales. ¡A decir verdad, ahora no sé cómo alimentaré a mi hijito!-. Así pasaron muchos años, y nunca más supe de Sofía y de Pedrito.
Una noche junto a dos amigos fuimos asaltados por cinco sujetos bien armados, que a golpes e insultos nos introdujeron dentro de un vehículo cerrado. Luego, nos bajaron en un callejón y nos sustrajeron todo lo que poseíamos de valor. Inmediatamente empezaron a cuchillar por el pecho a mis amigos hasta desangrarlos y provocarle la muerte. Cuando se disponían a matarme, me tiran abruptamente de la camisa y me abren el pecho apareciendo de súbito y colgando la cadenita del Cristo de Sofía.
En ese preciso momento en que me iban a introducir el afilado cuchillo, uno de los cincos sujetos grita: - ¡Alto no lo mates, este señor era amigo de mi madre...!

ROLANDO PERERA (EL POETA RARO)
Desde Miami, EEUU.

lunes, 19 de marzo de 2012

TRUCO DE A TRES


Ese hombre corre rengo así, necesita su bastón que es tan reconfortante como un buen blues –o tal vez no tanto-. Este señor tuvo varios de ellos, aunque todos fueron turner’s* y él por suerte terminó bailando con la
menos fea (¡JA!). Es muy bueno cuando quiere, y hasta a veces inteligente; creo que por eso le cuesta tanto hablar.Ahora hablemos un tanto del bastón (o la bastona, o el bastón hembra, como sea de su agrado) que, como dije, fue algo turner pero no lo culpo, y eso es raro porque por lo general esta gente siempre tiene la culpa. Él es de esos que cuando te levantás a las ocho para ver si el diariero dejó lo suyo, ya está terminando de leer las historietas de Maitena.
Cuando este individuo recién estaba aprendiendo a arrastrarse, tenía el mismo dominio con su usuario que el que yo tengo con la guitarra (nulo es el dominio, claro está). Esto suele suceder en la mayoría de las relaciones que se establecen entre los hombres y los bastones, y esta no es la
excepción.Pasaron los años y todo siguió igual: el bastón en la mano derecha del dominante y éste tan arrogante y desvainado como siempre. Hasta que un día murió, nadie sabe por qué y juro por mi cielo que más de la mitad de los habitantes de San Justo hablaría con el diablo con tal de saber cómo ocurrió todo.El bastón quedó solo… como una abeja que juntó coraje para salir de su panal y echarle un vistazo a la inmensidad de la noche. Algunos vecinos dicen que lo vieron saltando, desolado, y que ahora busca otro dueño para ser amainado. Él no sabe que las flores se marchitan cuando el sol se aleja por unos meses, ni que los ángeles gruñían de envidia cuando los dos brillaban en sus mejores tiempos.Así se baila en estos libros, cierre su negocio, móntese en
un sueño decente, y a bailar…

*Persona que no puede aprovechar los beneficios incluidos en esta vida. Ej.: Quien tiene habilidades y no logra aplicarlas.

FRANCO ROLDÁN
(Cuento publicado en la versión digital de Febrero 2012 de la Revista Contacto)

sábado, 17 de marzo de 2012

LA FORTALEZA DEL COMANDANTE

Por que Fidel es eterno. Ahora lo sabrán:
Un niño descubrió la máquina del tiempo escondida en una cueva. Se sentó y la puso en marcha. Viajó al año 1349, al bajarse se contamina con la epidemia la peste y muere. Un anciano de ese propio año se sienta en la máquina y viaja al año 1945, pero sin darse cuenta puso ir a Polonia, nada más pone los pies en la tierra y lo fusilan los alemanes fascistas. Un soldado ruso que pasaba por casualidad y huyéndole a los hitlerianos arranca la máquina y viaja al futuro. Pisa los frenos en el año 1970, sólo camina dos cuadras y es detenido por la policía Soviética y lo identifican como desertor, y es condenado a muerte por fusilamiento.
Un cura ruso confisca la máquina en nombre del Papa y la envía al Vaticano bien envuelta en celofán. El Papa quiso viajar al pasado a encontrarse con Jesús, pero calculó mal el tiempo y llega justo y en el momento que Jesús era capturado. Al ver los romanos al Papa muy rosadito y bien alimentado, le preguntan si él era también de los discípulos. El Pontífice se pone del color amarillo y alzando los brazos lo niega treinta veces, diciéndole que él venía del futuro y se equivocó de parada.
Los romanos lo toman por loco y logra así salva la vida. Cuando decide regresar al Vaticano al ver que la cosa se puso mala, la máquina ya no estaba, había sido sustraída por dos Fariseos vendedores de alfombras, los que sin pensarlos viajan al futuro y van hacia Egipto de donde eran sus ancestros. Así las cosas, se detienen en el día 3 en febrero 2011, en plena manifestación pública, con el objetivo de derribar la tiranía. Al llegar al Cairo saltan de alegría y se besan como si fueran gay, y de pronto aparece un grupo numeroso de musulmanes que protestaban contra los flojos del poder en la cúpula, los que observan a estos medios raros y pensando que eran del gobierno le caen a palos y piedras hasta matarlo.
Al anochecer un egipcio medio endrogado, cambia la máquina por dos cajas de cigarros a un latino indocumentado. El latino vio su oportunidad para ir hacia los Estados Unidos e inmediatamente recoge tres tarecos, se sube y enciende la máquina. Al llegar a los Estado Unidos decide ir hacia Atlanta y logra aterrizar sin problema. Al siguiente día fue en busca de trabajo, pero se puso tan fatal que le aplicaron las leyes antimigrantes y es detenido por la Oficina de Emigración de los estados Unidos, quien lo deporta ese mismo día hacia su país. A llegar a Juárez cuando fue a tomarse un tequila muere en medio de una balacera inoportuna entre sicarios del narcotráfico. Un cubano que se dedicaba al cambalache en Atlanta descubre de casualidad la Máquina y la recoge y al segundo día decide viajar a Cuba con diez cubanos más para hacerse los vanidosos.
Así, suben con cervezas, carne de cerdo y mucho entusiasmo. Al descender con la máquina al centro de la Habana en Cuba, se forma tremenda algarabía por el artefacto y de inmediato la policía castrista actúa dando palos y deteniendo y consideran a la máquina del tiempo un arma secreta de la CIA y el Imperio yankee, y sancionan a 1000 años a los cubanos que la manejaban, por el delito de conducir en estado de embriaguez un objeto volante no identificado. La máquina es confiscada y trasladada al Comité Central del Partido y se la dan a Fidel Castro el que desde hace mucho tiempo la utiliza para viajar en el Tiempo y traer medicamentos para la vejez, el corazón y hacer sexo con mulatas de trasero exorbitantes. Si lo pone en duda mire nomás cuantos años tiene.
ROLANDO PERERA (El Poeta Raro, desde Miami, EEUU)

jueves, 15 de marzo de 2012

LA SOMBRA DEL AMOR


Debe ser la caricia que cada dia cobije a nuestros corazones.
Cuando el manto del amor visita nuestras almas, las aves trinan sus cantos, elevando hermosas melodías que colorean ricos sentimientos. Coloquemos cada día, gotitas de felicidad... en los corazones tristes.
Sembremos cada día, rosas y regalemos una a cada persona;
Que cruce el umbral de nuestro camino.
Quitemos las espinas del rosal que sembró
nuestro amigo, es la muestra más grande de amistad;
Para hacer crecer el jardin del amor... en este bello mundo.

LEONEL VARGAS (Desde Guatemala)

martes, 13 de marzo de 2012

ÁMAME ASÍ COMO SOY

Cuando pienso en la imposibilidad de saltar hacia el abismo, nace una posibilidad:

¡Que en la caída encuentre un amigo!

¡O quizás a alguien que me comprenda y me quiera! ...

Peor sería en el medio de dos tormentas una flor de sonrisas.

Por eso y por las angustias que me enloquecen, pensar en el amor: ¡Ya es algo!

En los amaneceres lloro por que nadie espera por mí:

Ni locos de blancos, ni espíritus alemanes, ni músicos desafinados, nada ni nadie.

Ni vendedores de labios y abrazos, ni la misma madre que me parió!

Mucho menos en las noches, donde todo mi jardín es cubierto por un manto rojo teñido, barato, sin perfume. Sin valor aparente.

Así de feo como osos blancos teñidos del mismo color de mi manto.

Por eso y por las angustias que me enloquecen, pensar en el amor: ¡Ya es algo!

Más si estuviera muerto, cada lágrima en mi honor me causara aburrimiento.

Estaría bostezando desde las penumbras, en pijama de viejos, uniformado de payaso, medio embelezado.

Por eso repito, que cuando pienso en la imposibilidad de enfrentarme a un disparo de frente, nace la posibilidad, que en mi ascenso al cielo, ¡Encuentre un amor perfecto!

¡Un abrazo sincero! Una cortina de besos, un profundo sentimiento de caricias sin rencor, sin odio, sin envidia, sin hipocresía. Un amor que me descubra que existo, que me descubra que mi sangre fluye por algún motivo.

Por alguna razón. Por eso y por las angustias que me enloquecen, pensar en el amor: ¡Ya es algo! Por eso, repito y repetiré, de rincón a rincón, de ladera a montañas, de playas a océanos.

Que cuando pienso en la imposibilidad de encontrar un amigo, creo en la posibilidad de la fuerza del amor. De la constancia del amor. De la pulsante manía que tiene el amor: ¡De amarme! ¡Así como soy!

Rolando Perera (El Poeta Raro)

Desde Miami, EEUU.

lunes, 12 de marzo de 2012

ÚNICA


Tú eres mi Reina. Eres el libro que quiero leer,
un mundo nuevo para recorrer, una esperanza cada mañana, un sueño de noche.
Tú eres mis letras, una historia para vivirte... una novela para enamorarse,
un cuento lleno de fantasía.
Eres magia, es tu escritura, tus palabras, son un amor en la distancia.
Tus poesías son una flor perfumada que recorre todos mis sentidos, una esperanza a la vida.
Tú eres mi libro, mis versos, mis poemas, un aire fresco, los latidos de mi corazón y el mejor libro que una persona quisiera leer.

DIEGO JURADO PÉREZ (Desde Barcelona, España)

ENSAYO LUNAR (NOVELA SURREALISTA)


CAPÍTULO I
Tronador rugido que busca alimentar oídos que sólo probaron azúcar (ahora silencio, sólo escucha). Un diluvio de flechas salir desde atrás de una montaña un tanto más alta que mi tranquilidad (creo que eso es lo que veo). Son miles, o quizá millones; digo esto sólo por analogía ya que nunca he visto tantas cosas en una sola imagen. Se están moviendo, vienen hacia mí…están cruzando un cielo oscuro, algo nublado y más pálido que de costumbre.
No sé desde cuándo las montañas expulsan flechas al ver un ser tan diminuto como yo, pero debo tener cuidado, esto puede ser mi fin o peor, puedo sobrevivir. Parecen estar siendo imanadas por algo, algo que no debe ser tocado por ellas o sino no irían tan rápido. Están pasando por arriba mío, esto es fantástico, mi miedo se transformó en admiración; todavía están cruzando el cielo, son muchas más de las que creí.

Están cayendo todas en un mismo lugar, nunca paran, parece como si se auto-alimentaran; es una pena que en mis sueños nunca tenga una cámara a mano, esto valdría millones. La gruesa banda de flechas está disminuyendo su andar, cada vez son menos; las personas que las deben haber lanzado desde atrás de la montaña deben haber cumplido su objetivo, valla uno a saber cuál era, quizás sólo distraerme o engañarme. Tengo miedo, esa no es la palabra pero en medio de tantas palpitaciones se hace difícil pensar. La montaña es alta, pero no lo suficientemente ancha para no atravesarla en algunas horas y poder averiguar qué era lo que había lanzado esas crujientes flechas. Dejaré aquí el relato y continuaré cuando haya llegado al pie de la montaña.
Llegué, deben haber sido unos seis o siete kilómetros de caminata y observación; mi estado físico no ayuda demasiado pero por suerte aquí la fatiga no es un problema.
El camino fue casi desértico con algunas que otras piedras de colores extraños y cuerpo indefinido, algo aburrido a mi gusto pero después de tanta acción debo decir que estoy satisfecho y sólo puedo quejarme del hambre que da hacer este trabajo. El lugar en el que me encuentro en este momento es comparable con la Cordillera de Los Andes sólo que mucho menos ancho; me arriesgaría a decir que el diámetro de la cadena es de sólo cien metros. Cuando la atraviese podré averiguar lo que sucede allá atrás. Nada parece distinto por aquí, la noche le va abriendo paso a sus lunas –siete son en total las que giran en la órbita de éste planeta- y la iluminación de las mismas ayuda bastante a poder visualizar este, seguramente, virgen terreno.
Creo haber avanzado la mitad del camino hacia el otro lado. Nada digno de nombrar ha ocurrido hasta ahora y espero que al menos por unos momentos siga así. Si no fuese porque me pagan mejor que a cualquier idiota por hacer esto, estaría en mi sillón escuchando algo de buena música con algún whisky de por medio. Pero no desviemos el deber. A veces hasta los tontos deben justificar sus sueldos. Mi vista se va aclarando al llegar al final de las montañas. Puedo decir que hay mucha luz del otro lado, no sé qué la puede estar provocando, quizá sea alguna clase de criaturas extrañas las que se encuentren del otro lado, o tal vez no sea nada… tal vez todo sea una maldita confusión y despierte en mi mesa con olor a escocés y con una mujer poco tranquila regañándome por no haber subido a dormir de vuelta.
Pero tengo que comprobarlo, debo ver lo que hay del otro lado para así despejar las dudas de hoy. Oh, personas…eran personas. No avanzaré más, nunca he sido visto por otro ser en estos lugares y hoy no será la excepción. Espero no ser descubierto o me llevaré una sorpresa. Si las lunas no están alumbrándome mal, todos tienen una fina rama en la mano y están vestidos de negro. Si…he visto muchos de estos en mis libros, son magos y están preocupados. Ceo haber entendido sus palabras: dijeron que las flechas sólo eran una práctica por la inminente batalla. Ja, locos!
Son alrededor de treinta y hay uno que parece ser el jefe. En este momento su varita está apuntando al cielo. Si no veo mal se está abriendo… una buena comparación sería la visión de un pequeño pollito que ve como lentamente se quiebra su cascarón.
El exterior es algo normal para estar aquí. La abertura está tomando dimensiones mayores y lo que se ve allá afuera no es del todo definido. Es… algo rojo con algunas estrellas de por medio, digamos que de un color amarillo. Cada vez que parpadeo el matiz del color nombrado va bajando un tono. Probablemente deseen estar aquí conmigo viendo esto, pero puedo asegurarles que no es tan bueno ni tan inspirador como parece. En estos lugares el aire es mucho más denso que allá abajo. Si quieres puedes tomar un puñado con la mano y lo podrás ver, como ves todos los días ese noticiero.

El anterior relato fue escrito por Danlor Nafroc, hijo de Marsil Nafroc, el famoso médico que ya no es recordado como se debe por distintas razones que no vienen al caso y que, allá por el año 2024, descubrió la cura contra el cáncer. Según se dice, Danlor había heredado un don de su padre…uno muy poderoso pero que al mismo tiempo causaba grandes confusiones en su vida y que él no estaba muy orgulloso de tener, como se nombra arriba. Si no fuese por el buen dinero
que este joven recibía a cambio de los tortuosos pero, en algunas ocasiones, magníficos trabajos que realizaba para una empresa con fama de secta secreta entre los ciudadanos de la ciudad de Nuesob Iresa, ya los habría abandonado y se hubiese dedicado a su pasatiempo preferido: la escritura de ensayos dramáticos y a veces terroríficos que iban a parar a las mentes de los estudiantes del humilde Teatro ‘La Brisante’, del cual hablaremos en otras líneas.

Danlor, era un joven de unos treinta años de aspecto descuidado y con una mediana barba que apenas dejaba ver sus labios. Nada interesante ocurrió en su infancia, ni es su adolescencia, exceptuando los sueños que empezó a tener con frecuencia a partir de los cinco años. Su madre era el familiar más allegado a él, ya que su padre pasaba largas horas en el laboratorio del fondo de la casa realizando experimentos que luego de unos cuantos años terminaron siendo uno de
los mayores hallazgos en la historia de la medicina. Ella nunca prestó atención ni trató de escuchar los relatos de su hijo en donde él decía que visitaba planetas que se encontraban a una distancia científica de la Tierra. Como es lógico, cualquier madre que escuche una cosa así de su hijo, pensaría que su imaginación se está desarrollando con una gran amplitud, pero sólo eso.
Nada que le quite el hambre ocurría cuando una y otra vez su hijo trataba de describir, a su corta edad y con la mayor claridad posible, las alucinantes y a veces temerosas aventuras que el pequeño Dan vivía por las noches. De la relación con su padre mucho no hay para escuchar. Siempre estuvo opacado por sus trabajos y en sus malos días trataba de frenar su adicción a las pastillas para dormir. Lamentablemente, esta fue una de las razones que lo llevaron a la decadencia. Ya consagrado como médico y con un puñado de millones en cada dedo, reveló cuál era su secreto en un importante programa de tv. -Luego de unas cuantas pastillas para dormir me sumerjo en sueños inalcanzables en los que seres increíbles de desconocidos planetas me revelan fórmulas que ustedes, tontos, no son capaces de imaginar –dijo como quien responde a un grave insulto-. Y ese fue su fin, por su puesto.
Nunca volvió a ser tomado en serio por alguien, y al día de hoy pocas son las personas que lo recuerdan. Marsil Nafroc murió unos cinco años después,
hallado muerto en su laboratorio por causas que aún se desconocen. En la actualidad, su descubrimiento (llamémoslo así por ahora) sigue salvando vidas.
Continuará...
FRANCO ROLDÁN

POEMA NOCTURNO

Soñé que por la puerta entraba mi viejo y me decía seguí adelante... dejá de fumar, dónde metiste tu risa.
Y desperté en la mitad de la noche bajo el pulso del calor; me paré y fuí hasta la ventana por donde entraba un aire fresco, prendí un pucho y largué el humo hacia las estrellas.
Lejanos refusilos se hinchaban en el borde del viento que llegaba.
Las hojas de la parra empezaron a moverse. Escuchás esa música?, me preguntaría mirando las parras.
Y después se iría penando porque yo no podía hablarle nunca. De eso se trata el ahogo.
No puedo sonreír, no puedo dejar este cigarro, no puedo seguir adelante, le dije a mi viejo que me tocaba el hombro con el viento.
FEDERICO ARAYA (Desde San Juan, Argentina)

viernes, 9 de marzo de 2012

BUENOS DESEOS

"Que te alcance mi mano y se vaya con vos, a soportar los sueños.
Esos que te atormentan, como te abrazan por estos largos tiempos de ocre.
Enlazados, ir hasta el rincón deseado por los frágiles miedos y desequilibrarlos.
Quebrar el silencio con hilos de cobre, hacer que se marche al país de los necios.
Ojalá te moren los soles urgentes.
Que camines manso, sobre las vertientes del amor que espera.
Que llegues despacio, compartas su mesa.
Que dejes a un lado la floja tristeza.
Que alcance mi mano para sostenerte y para guiarte y comprometerte.
Que tengas el alma vestida de fiesta"...
NORA CAMINOS

CONCLUSIONES


¿Por qué si en el amor no somos sabios, nos condenan?
Si hay corazón, más que sabiduría.
Y si hubiese algo de ella, nos flagelan porque entonces no es amor lo que sería.
¿Y cuál es el camino que suponen (aquellos que lo tienen bien marcado) debiéramos seguir, sin emociones, haciendo nada más que lo pautado?
¿Por qué habrá tantos pobres de alma, arrepentidos, que no pueden asumir que se equivocan? Descubrir que lo que fue, pasó y ha sido, que el destino se encarga de esas cosas.
¿Quién es de sus verdades señor y amo, que no puede callar y que no escucha?
Manifiesto a trasluz que es un esclavo de lo que cree combatir, en vana lucha.
Hay veces que intocables nos sentimos pero esa condición de invulnerables pierde su raíz cuando sufrimos, cuando un viento fuerte, nos desropa, nos traspasa la piel y nos arroja al dolor en un acto repentino.
¿Será que no estuvimos preparados... y cómo adelantarse a los sucesos?
Si apenas el presente, ha alcanzado. Si acaso del pasado, fuimos presos.

NORA CAMINOS

miércoles, 7 de marzo de 2012



"MUNDO EMBESTIDO POR PEQUEÑAS MISERIAS Y GRANDES SUEÑOS. POR ALMAS QUE DESBORDAN Y ESPECTROS VACÍOS. A VECES ME CABE EN EL BOLSILLO, Y A VECES ME PIERDO EN SUS DESIGNIOS. TIERRA QUE ATERRA A MIS PRÓXIMOS PASOS Y ME OBLIGA A AVANZAR A TRAVÉS DE SU ESPANTO. VERDADES, SILENCIOS.... MENTIRAS, SONIDOS. ESTE AIRE ME DEJA VIVIR Y ME QUITA EL ALIENTO..."



PATRICIA N. VIOLLAZ (25/04/99)

miércoles, 29 de febrero de 2012

A LA LEJANÍA

Te quiero aunque la luna se tiña de tristeza.
Te deseo aunque estemos lejos.
Te amo aunque seas de otro.
Te adoro aunque jamás te tenga... te esperaré.
Te Quiero aunque el cielo se tiña de negro.
Te deseo aunque sólo te vea a través de una
pantalla.
Te amo aunque sólo seas un sueño.
Te adoro aunque jamás despierte de este sueño.
Te Quiero aunque las letras se tiñan, borrosas.
Son mis lágrimas por amarte en la distancia."


Diego Jurado Pérez (desde Barcelona, España)

DESGARRO DE AMOR

"Me gustaría ser tu fiel compañero, pero estás tan lejos.
Me gustaría vivir contigo, pero estás tan lejos.
Me gustaría envejecer a tu lado... pero estás tan lejos....
Me gustaría acariciar tu pelo al despertar cada mañana, pero estás tan lejos.
Me gustaría levantarme cada día y poder mirarte a los ojos, sentir tu corazón, saborear tu aroma, besar tus labios, pero estás tan lejos.
Extiendo los brazos para poder abrazarte, pero estás tan lejos.
Si supieras cuánto pienso en tí.
Si supieras, mi amor, cuánto, cuánto y cuánto te quiero, pero estas tan lejos."


Diego Jurado Pérez (desde Barcelona, España)

martes, 28 de febrero de 2012

EL ABRAZO

"A quién no le hace falta un abrazo calmo,
que frene la angustia y la impaciencia.
A quién no un abrazo alado, que deje en tierra el letargo y la conciencia.
El abrazo entrañable, contenido, el que aprieta la espalda de un amigo y el que atrapa el latido de la ausencia.
A quién no un abrazo apasionado, que selle pieles ávidas de amores.
Un abrazo largo y dulce que nos deje parados en un lugar seguro, sin temores.
Para las despedidas no, ya no hace falta. Porque se dio en el tiempo transcurrido.
Para el adiós, el abrazo es la mirada que refleja todos los abrazos recibidos."


Nora Caminos (desde la ciudad de Chivilcoy, Buenos Aires)

jueves, 23 de febrero de 2012

"DULZURA EN PALABRAS"

"La gente no sabe de tus ilusiones, de atardeceres de baile y canciones, no sabe lo bueno que es contemplarte, sentir que escucharte mueve corazones...

El arte plasmado en cada levita, y canta tu nombre en el estandarte. Tal vez no lo sabe, que alma de Murgueros, todos la tenemos... no sólo quién va alegrando la calle, bailando, tocando, gastando este suelo.

También los que vamos detrás de ese sueño, sólo acompañarte alentando el vuelo, brillando los trajes, plenos de destellos Rojo, azul y blanco tus colores bellos.

Murga de mi barrio, mostrále a la gente, en todo despliegue, cómo se disfrutan los atardeceres, las noches, los días cambiando opiniones.

Y seguí llenando estos carnavales, de historias comunes, de sueños barriales! Te seguimos Murga por los Arrabales, con tu Fantasía, con la alegría de tus integrantes. Murga, te seguimos y el orgullo sale junto con tu gente llenando la calle!!"

Nora Caminos (Poema inédito dedidado a la Murga "Fantasía de Arrabal" de la ciudad de Chivilcoy)